Investigadores argentinos participan de una iniciativa regional para desarrollar un sistema de detección temprana con información satelital para el Huanglongbing (HLB), la principal enfermedad que afecta a los cultivos de cítricos en gran parte del planeta. Así, se calcula que en solo cinco años provocó pérdidas de hasta un 40 por ciento en la producción del continente americano. Ante este escenario, especialistas diseñan una herramienta de monitoreo innovadora con imágenes desde el espacio para advertir a tiempo la aparición del fenómeno y minimizar los daños.
“El HLB es una bacteria que se transmite a través de un insecto llamado Diaphorina citri y no tiene cura. Una vez que la planta se enferma, la única solución es eliminarla y entonces se pierde la producción. Por eso buscamos generar tecnologías de monitoreo útiles para la detección temprana y el control del avance del vector”, explica Ignacio Doporto, miembro del equipo de investigación del Instituto Gulich.
Monitoreo constante
Con el objetivo de conocer más sobre el avance de la enfermedad en el país y desarrollar herramientas de control, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) lleva adelante desde 2017 un sistema de monitoreo en el departamento de Federación, provincia de Entre Ríos, con inspecciones visuales y análisis de laboratorio sobre plantaciones de cítricos.
En base a estos datos, se observa una tendencia creciente de la proporción de casos positivos en la zona, sobre todo en los meses de enero y noviembre, cuando se intensifica la enfermedad. Los reportes del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, del Senasa y del Ministerio de Producción de Corrientes indican que los principales síntomas del HLB se asocian a una maduración invertida del fruto (que genera una caída temprana del cítrico antes de haber madurado), al moteado o punteado en hojas y a las nervaduras engrosadas.
En mayo de 2023, Doporto realizó una campaña de campo en diferentes huertos de naranjos cercanos a la localidad de Chajarí, también en Entre Ríos, donde profesionales de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) utilizaron un espectro-radiómetro para hacer mediciones experimentales sobre 63 plantas con distintos tipos de sintomatología. El trabajo consistió en medir la capacidad que tienen las plantas sanas y enfermas para reflejar la luz e identificar los ejemplares afectados. Una vez identificados y diferenciados con este instrumento, la información se compara con los datos satelitales obtenidos.
Un campo promisorio
Para sus investigaciones, Doporto utiliza imágenes de la misión satelital Prisma, de la Agencia Espacial Italiana, y mediciones a campo que se registran con un espectro-radiómetro de la CONAE. Este instrumento sirve para calibrar y validar los productos de origen espacial, vinculando los datos medidos en el terreno con los obtenidos mediante el satélite. Se trata de una herramienta única en el país por su alta resolución espectral, que es la capacidad de medir en distintas longitudes de onda.
“El uso de información multi e hiperespectral obtenida a partir de datos adquiridos por sensores remotos es un campo nuevo y promisorio para generar herramientas de monitoreo y control de la enfermedad”, afirma el investigador.
“Hoy se le está dando más valor a los instrumentos de transferencia, capaces de vincular los datos que se miden en la tierra con lo que observan los satélites. Antes se trabajaba directamente con lo que medía el satélite, pero para desarrollar algoritmos con mayor precisión fue necesario utilizar herramientas como los espectro-radiómetros”, dice Sebastián Heredia, profesional de la Gerencia de Vinculación Tecnológica de la CONAE, quien participa de la logística de la campaña.
Clave en la toma de decisiones
Al momento, los científicos procesan los avances registrados que servirán para validar la información generada por los satélites. El objetivo es mejorar la calidad de la información brindada con datos adquiridos en tierra por el espectro-radiómetro para generar productos satelitales más precisos y que sean útiles para el monitoreo y la toma de decisiones.
“Con estas mediciones, y habiendo incorporado una imagen del satélite Prisma capturado en las mismas fechas en las que se tomó la muestra, vamos a evaluar el desempeño de índices y combinaciones de bandas para discriminar entre plantas sanas y plantas afectadas por HLB para diseñar un modelo y detectar síntomas de la enfermedad en plantaciones de cítricos”, detalla Doporto.