Dada la violencia que se hace viral en la ciudad a través de las redes sociales cada fin de semana; de los hechos que muchas veces suceden a la salida de las escuelas o los hechos delictivos que se dan de la mano de personas menores de edad. Hay que preguntarse ¿dónde hay referentes sociales fuertes que hagan de pilares en la comunidad? ¿Qué se ha perdido? ¿Qué comunidad tenemos?
En fin, todos esos interrogantes dan a entender que hay una pérdida de los valores fundamentales de cualquier sociedad. Sin embargo no podemos someternos a un enunciado pobre como éste. Sino que hay que profundizar en algunas realidades que nos atraviesan: la pobreza estructural, los déficit en cultura, educación; las desigualdades, la precariedad de los trabajos en las industrias locales; que no exista un movimiento de estudiantes e instituciones sólidas en su penetración social, los sectores marginados y marginales.
Una sociedad sin sujetos comprometidos con la transformación local y políticos poco modernos en plantear las problemáticas y ver distintos y mejores paradigmas para el cambio son, en parte, parte del conflicto.
En nuestro ecosistema las diferencias marcadas por la desigualdad están naturalizadas, uno de ellos es el trabajo en negro, las condiciones de trabajo en el sector de la madera y en el sector del turismo.
Entonces, no podemos proponer una ciudad más justa e igualitaria sin la existencia de referentes que potencien a la comunidad y a las personas para el futuro. No se puede vislumbrar una mejor juventud si no existe la posibilidd de proyección. Si falta educación universitaria, conservatorios, un sistema cultural fuerte y más sed de conocimiento, es inimaginable una ciudadanía más sensible y conciente.
Al no haber nuevos referentes a quienes otras personas vean como guía al levantar la cabeza una ciudad moderna sería poco posible.
Para modernizarnos debemos plantear los problemas y jerarquizarlos de cara al largo plazo.
Para ello, se necesita una clase dirigente, política y empresarial consustanciada con nuevas ideas para mejorar el liderazgo y para dar solución a las discusiones endémicas de Federación.
AUTOR: Aldo Moretti García. Comunicador. Librepensador. Movilero de radio.