Estimado Gobernador Señor Rogelio Frigerio:
Me dirijo a usted por este medio y a través de las redes con la esperanza de que reciba mi inquietud y la de muchos de mis colegas docentes, por no decir de todos, ya que quizás suene muy exagerado.
Es sabido que, en cada campaña política los puntos centrales son Salud, Seguridad y Educación. Pero lamentablemente, luego del recuento de votos, el sector más relegado, castigado e incluso olvidado, es el de Educación. Sector que precisamente, sin pecar de egocéntrica, es donde más se deberían buscar mejorías en todos los aspectos ya que precisamente es ahí donde se forja el futuro de una Nación.
Cada vez que digo y repito esto, no puedo escapar a mis conocimientos de historia, trayendo a mis pensamientos a Belgrano con la Escuela de Náutica y la Academia de Geometría y Dibujo, la Escuela de Comercio y la de Arquitectura y Perspectiva; Sarmiento cuya pasión por la Educación no solo transformó su vida, sino que dejó una huella imborrable en la historia de Argentina y en el corazón de aquellos que valoran el poder transformador de la enseñanza…. cuánto lucharon estos hombres por forjar una Patria libre, cuánto esmero pusieron en que la Educación ocupará un lugar destacado en nuestra Organización Nacional, que lugar preponderante supieron darle a la Educación, ¿qué pensarían o sentirían ellos hoy, sobre nuestra situación?
Pensar en Educación no solo implica la cuestión de los sueldos docentes, sino también que cada escuela tenga las condiciones edilicias necesarias, que cada comedor escolar tenga los recursos necesarios, que las partidas de limpieza cubran los gastos de cada mes… solo por enumerar algunas cuestiones que seguro son de su conocimiento.
Usted dirá: ¡qué atrevida esta maestra!, ¿qué pretende?.
Le cuento señor Gobernador, (porque quizás usted desconozca estas cuestiones tan domésticas del aparato educativo y quisiera que las sepa) que los docentes quizás seamos la única especie trabajadora que:
– trabaja en su casa antes de llegar a su lugar de trabajo (planifica, realiza informes, busca estrategias, prepara material, corrige, etc.),
– lleva su propio material al lugar de trabajo (fotocopias, hojas, afiches, cartulinas, alguna que otra tiza, de seguro un cuadernito, hojas, lápiz, goma,… para ese alumnito que se quedó sin),
– utiliza sus propias herramientas para preparar y realizar su trabajo (compu, celu, impresoras),
– termina su horario de trabajo en la escuela y sigue trabajando en su casa (más planificaciones e informes, nueva búsqueda de estrategias, preparación material, correcciones, etc.),
– se capacita a costa de su propio bolsillo y en sus horarios libres, cuando la economía de su sueldo lo permite, ya que pocas son las propuestas por parte del gobierno para que un docente pueda prepararse y actualizarse para los desafíos que las aulas de hoy exigen,
– con el tiempo que le sobra se encarga de averiguar que necesita o que le falta a aquel niño que vio llorando o triste en clases, junta ropa de sus hijos/sobrinos/vecinos, la acondiciona y la lleva a la escuela para los que más necesitan, seguro cae en la juntada alguna que otra mochila y algún par de zapatillas en desuso…
Viajes a dedo, ya que el código de traslado no alcanza, Internet propia, ya que cargar informes, notas y asistencia lo demandan y podría seguir enumerando pero no quiero demorarlo con cuestiones que quizás sean insignificantes dentro de su gestión gubernamental.
Calculo que usted debe considerar que 5 horas de trabajo están más que bien remuneradas con un sueldo de $360.000 mensuales, porque es ese el sueldo de un docente inicial de escuela NEP en la provincia, 5 horas ficticias porque el trabajo continua fuera de la escuela.
Y es allí donde se me ocurre preguntarle, sin ofenderlo, ¿usted o alguno de sus funcionarios en la casa de gobierno puede o podría hacer lo que hace un maestro y cobrar lo que cobra, seguir asistiendo a trabajar motivado, sin preocupaciones, feliz de haberse guiado por su vocación para prepararse y obtener tan deseado título?
No desmerezco ningún trabajo, todos somos parte importante de la maquinaria; sin comparar con nadie nuestro sueldo está por debajo de la línea de indigencia, pero más de un docente hoy se está preguntado ¿dónde está el valor de nuestro título, la responsabilidad de enseñar y tener a cargo grupos de estudiantes, niños y adolescentes, en muchos casos muy numerosos?, ¿dónde se valora nuestro trabajo, si nuestro sueldo es la mitad de cualquier personal de la administración pública?
Aclaro, por las dudas, que no creo que ellos tengan un gran sueldo, seguramente también sea bajo, pero viendo las migajas con las que nos encontramos mes a mes los maestros, solo me resta pensar que de la vocación no se vive.
Vi con agrado, incluso me llenó de ilusión, su buena predisposición para con los docentes en los primeros meses de este año.
Sin embargo, no demoró en volver la incertidumbre, la desazón y la angustia cada fin de mes, cuando insistentemente ingresamos a la página de Recibo Digital hasta ver cuán poco vale el trabajo de un maestro, un salario que siempre va en pérdidas: perdimos FONID, Conectividad, ahora un 3% más de jubilación y quién sabe que más podrá surgir para continuar pisoteándonos.
Con cada una de las últimas propuestas realizadas de parte del gobierno en las paritarias, sentimos que somos objeto de burla, porque obviamente nunca son acordes a la inflación mensual acumulada, pero en esta última propuesta sentimos que se nos están riendo en la cara lisa y llanamente, ofrece un 5% más pero tenemos un 3% menos, bonos que no son parte del remunerativo cuando se dijo que la Caja de Jubilaciones esta en déficit.
Discúlpeme si parezco atrevida, nada más alejado de mi intención, pero si 2+2 sigue siendo 4, su aumento no sería del 5 sino de un 2%. Y si la provincia está atravesando una situación complicada, pongansé al hombro el problema, como gobernantes asuman la responsabilidad y los recortes presupuestarios háganlos sobre los sueldos de los altos funcionarios, quienes muchas veces cobran sin siquiera pisar su lugar de trabajo y a quienes seguramente les sobra sueldo al final del mes.
Ojalá, algún funcionario/a del CGE, que en haya transitado las aulas como docente, pueda transmitirle algo de la realidad docente y genere en usted y todo su equipo de trabajo el poder de visibilizarnos como uno de los pilares fundamentales para el futuro como sociedad, ojalá esto no quede en palabras dichas en un discurso o escritas en una publicación en redes para generar buena imagen, ojalá comprenda que no hacemos paro porque somos vagos y no queremos trabajar, ojalá entienda que no nos queda otra forma de hacernos escuchar, ojalá reconozca que con el sueldo de un docente es imposible vivir, ojalá ningún docente más deba recurrir a un segundo empleo para subsistir…
Ojalá pueda comprender que al final de cada mes, si hay algo que nos sobra a los docentes es vocación pero nos falta sueldo…
Sin más, esperando sepa disculpar el atrevimiento, lo saludo atentamente:
Un/a de los/as tantos/as docentes a quien le sobra mes al final del sueldo.
(Extraído del muro de María de los Ángeles Penoni).-