Ni bandido, ni sinvergüenza, ni atorrante. Federico Andrés Giannoni, mejor conocido como Emanero, comenzó su carrera siendo apenas un joven, navegando con candor y bravía los desafíos de la escena musical. Tras convertirse en un referente del rap, fue por más y se atrevió a fusionar ritmos tradicionales con sonidos contemporáneos, creando colaboraciones audaces. Desde Karina “la Princesita” hasta Los Palmeras, pasando por Rusherking y Ulises Bueno, sus creaciones tejen un mosaico de géneros donde las sonoridades se entrelazan en un diálogo sin fronteras.
Emanero demuestra que la música, lejos de estar limitada por etiquetas, es un lenguaje universal y eterno. Hoy exploramos su universo, donde las melodías no son solo ritmos que nos invitan a bailar, sino el pulso de experiencias y emociones compartidas, expresadas en versos que resuenan con la autenticidad de quien no teme mostrarse tal como es.
–¿Cómo fue la experiencia de haber cantado en el Luna Park?
–Fueron dos shows increíbles, algo totalmente nuevo porque nunca había hecho un concierto solo en un lugar tan importante. Probamos transformar el Luna en un bar y llenar el escenario de objetos para que yo me sintiera un poco más contenido en un espacio tan extenso. Me ayudó en muchos momentos del show, sentí que podía apoyarme energéticamente en esos elementos en vez de estar todo el tiempo cantando mirando al público.
–¿Por qué elegiste explorar nuevos géneros musicales?
–Fue el cierre de una etapa. Yo había sacado mi quinto disco Chernobyl (2021) con temas de hip-hop y rap, pero estaba un poco cansado. Decidí tomarme un tiempo para experimentar, probar otras cosas. Siempre con respeto, tratando de no ser un intruso ni un ladrón, sino de valerme de gente de esa escena. Me lo estuve reprimiendo un montón de tiempo, creía que tenía que seguir en la misma línea porque era lo que yo hacía inicialmente.
–Al haber cambiado de género musical, ¿hubo también un cambio en el proceso creativo de composición?
–Esa es una de las pocas cosas que sigo manteniendo igual. Me siento muy cómodo creando de la misma manera, funciona y lo noto con el resultado final en los números de las canciones. A los temas que mejor les fue en el último año y medio, como “Bandido”, “Sinvergüenza” y “Atorrante”, los compuse como siempre: encerrándome y haciéndolo todo solo hasta que más o menos sentía que tenía algo para compartir.
–¿Sos metódico en tu técnica de creación?
–No, soy bastante disperso. Justo en los casos de las canciones que te comenté fueron procesos donde iba creando de a pedacitos. De esta manera, también aprendí a no frustrarme, si solo tengo un diez por ciento y nada más, fluye, no me desespero, me permito poner pausa y airearme, dejar pasar dos o tres días y volver a intentarlo hasta lograr lo que quiero. Ninguna de esas canciones fue creada en un primer golpe de inspiración, fueron de a poco y las trabajé cada día que lo sentía.
–¿Pensás que las emociones más dolorosas pueden dar lugar a canciones más profundas?
–Me gustan más esas temáticas para esta etapa. Lo que no me gusta es transitarlas, eso a mí no me funcionan como inspiración, me ocurre lo contario. Me paralizo ante ese tipo de estímulos, sobre todo creativamente, porque esos estadios me atacan muchísimo la iniciativa y la inventiva. Pero una vez que las transité, puedo volcarlas mucho más fácil en las canciones. Me parece una materia super interesante para explorar, completamente romántica para hablar en profundidad y abordarlas con un lenguaje particular.
–¿Cómo te estás preparando para tu próximo show en el Movistar?
–Es un lugar hermoso, tuve la suerte de poder ir como espectador y también como invitado a cantar. Estuve con Rusherking, Karina, Los Palmeras, en los cinco conciertos de la La K’onga y eso me acercaba de decir: “Algún día yo podría hacer el mío”, y bueno, llegó. Lo primero que quiero hacer es agradecerle a la gente que está sacando entradas, están volando, sé que hay muchos que también fueron al Luna Park y eso nos llena de amor porque quiere decir que estamos haciendo las cosas bien.
La idea del Movistar es replicar un poco lo que fueron esos shows, donde todo salió perfecto. Me gusta tener todo preparado y, por las dudas, tener plan b, pero para el Movistar no quiero que haya un plan b. Muchos de los músicos con los que colaboré me han podido acompañar, pero sé que no va a poder ser así siempre y no los puedo tener permanentemente a disposición, entonces quiero que el plan b sea un plan en sí mismo y meter todo, ya tenemos algunas ideas creativas que van más allá de los invitados.