ESTE LUNES 27 SE CUMPLIRÁN 205 AÑOS DESDE EL MOMENTO EN QUE FLAMEÓ LA BANDERA ¿A ALGUIEN LE IMPORTA REALMENTE?

(El TÍTULO DEL EDITORIAL ES Belgrano, decíme qué se siente, escrito por LUIS  MARÍA SERROELS para Análisis Digital).-

En junio de 2015 y a propósito de haberse recordado el Día de la Bandera, escribimos en este sitio algunas consideraciones dolorosas vinculadas con el hecho de que en esa fecha y como en tantas décadas, no se celebró el nacimiento del prócer sino su muerte. En la arteria paranaense que lleva su nombre a través de seis cuadras, costó mucho encontrar un frente luciendo una bandera celeste y blanca. Con más razón en las otras calles que conforman el plano capitalino. Del mismo modo hubo ausencia de escarapelas y la actividad cotidiana -desarrollada como cualquier jornada- le negó su real trascendencia por el famoso traslado de fechas que nunca debió abarcar a las festividades patrióticas. Las respetables actividades turísticas (que bien podrían acordar jornadas específicas para movilizar a multitudes de compatriotas) no deberían provocar fechas liminares sin actos y actos sin concurrencia. Esta ingratitud que hallamos se extendió por el país y dolió mucho advertirlo (Rosario fue, por obvias razones, la previsible excepción). Finalmente resolvimos aferrarnos al auxilio salvador de la ironía para escribir -a manera de desagravio- lo que no podía dejar de escribirse, aún a sabiendas de que la modestia de Manuel Belgrano lo llevaría a sentirse incómodo. Rechazó un premio de 40.000 pesos por su victoria en la Batalla de Salta, pero pidió que dicho dinero se destinara a la construcción de 4 escuelas. Murió muy pobre y olvidado. Este lunes 27 se cumplen 205 años de la creación de nuestro emblema celeste y blanco, a pesar de que el gobierno porteño de entonces se oponía.Por 

Lo que ocurre es que para generaciones desinformadas y gobernantes envanecidos que pretenden alcanzar la gloria sin tener las más mínimas virtudes, hablar de la gesta belgraniana en estas tierras es una cuestión casi tan ignorada, como seguramente debe serlo para los habitantes de la Polinesia. Hay desde luego excepciones, pero no alcanzan para restaurar la gran reivindicación del prócer que hizo infinitamente más que darnos el paño nacional.
¿A quién se le ocurre pensar que su gran derrotero pueda despertar la debida admiración colectiva, si sistemáticamente se lo va enviando al archivo? Acaso les sorprenda saber que luchó contra los ingleses en 1807 (nombrado de apuro militar), integró la Primera Junta de Gobierno y siendo abogado brillante se convirtió en general para ir a la lucha a cuidarle la retaguardia a los montoneros de Güemes. Salió victorioso en duras batallas y sufrió por la derrota en otras. Transfirió el mando al gran José de San Martín (quien lo llenó de elogios), dirigió la campaña al Paraguay y fue Jefe del Ejército Auxiliar del Perú.

El Libertador de América (de quien ayer se cumplieron 239 años de su natalicio) dijo de él que estaba “lleno de integridad y valor moral” y que, aunque no tenía los conocimientos militares de Napoleón Bonaparte, era el mejor que teníamos en América del Sur.

¿Cómo no reafirmar la importancia de esto, comparado con los modelos progre-populistas impulsados por corruptos que hoy engordan sus cuentas bancarias? Que Belgrano haya debido abonarle los servicios al médico en su lecho de enfermo entregándole su reloj por su extrema pobreza, no parece hoy un mérito cotizable en el mercado de las virtudes de honradez y desprendimiento que muchos, al igual que él, supieron ostentar hasta su muerte (por estos años el poder se convirtió en un fenomenal trampolín para enriquecerse ilícitamente y no faltan quienes hasta se ufanan exhibiendo su crecimiento patrimonial con fondos rapiñados al Estado-Pueblo).

Tal vez haya quienes consideren que haber fundado academias de altos estudios y aportado conocimientos al comercio y la industria como destacado economista no fue trascendente. Ni tampoco el sacrificio en aquellos días de miseria, hambre, desnudez y frío, cuando debió con sus soldados desprenderse de sus ponchos para cubrir y proteger las armas de la lluvia. En verdad, el único que minimizaba sus actos heroicos fue el prócer mismo, en su extraordinaria modestia.

Los 40.000 pesos fuertes con que lo premió la Asamblea Constituyente del año XIII y que -como hemos dicho- donó para la construcción de cuatro escuelas primarias, fueron desviados por el Triunvirato para otros fines (aclaremos que hoy en nuestra patria el delito de malversación de fondos es moneda corriente).

El 20 de junio de 2014 nuestro país se cubrió de banderas, banderines y cintas celestes y blancas. ¿Se trató de un estallido patriótico reivindicatorio? Error. Pocos recordaron que había una efeméride añeja y un prohombre cargado de virtudes y hazañas. Es que millones de argentinos fueron absorbidos por cosas más “sagradas” que tenían como protagonistas a “próceres subrogantes”. Ellos eran Messi, Mascherano, Pipita Higuían, Di María, Agüero, Romero y otros que arañaban el título de campeones mundiales de fútbol en Brasil.

Un 27 de febrero como este lunes, pero hace 205 años, flameaba por vez primera nuestra bandera, un paño cosido por Doña María Catalina Echeverría, vecina de Rosario.

Belgrano fue fundamental en los albores de nuestra patria. Fe, valor, inteligencia, templanza y humildad siempre le sobraron. Si hoy –parafraseando a los hinchas de fútbol- le preguntásemos Belgrano: Manuel, decime qué se siente, seguro que nos respondería con una frase que acuñara en sus últimos días de vida: “Siento que mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella”. ¡Vaya si lo fue! ¡Y con creces!

Sobre el Autor

Carlos Suarez
Periodista egresado del ISET N° 18 "20 de Junio" de Rosario, S.F. en 1990. Participó del Primer Congreso Internacional de la Comunicación y el Periodismo en 1998. Colaboró con el programa LA OREJA de Radio Rivadavia conducido por Quique Pesoa en 1992. A partir del 1 de octubre de 2018 condujo VIVA LA MAÑANA por Radio Viva 104.9 de Federación, E.R. En este 2019/2020 administra y redacta en esta página Federación al Día. A partir del 29 de junio de 2020 volvió a FM Stereo 99.3 con el clásico "Demasiado temprano para mentiras", desde las 7 de la mañana. En marzo de 2021 comenzó el nuevo ciclo "La Mañana de Uno" por la 106.1, de lunes a viernes y de 9 a 12 de la mañana.

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